Esta península marca el limite del Río de la Plata y el comienzo del océano Atlántico y esa diferencia se nota en la fisonomía de sus extensas playas: Mansa y Brava, familiares unas, juveniles otras, cada una con sus fieles amantes y defensores.
En sus aguas se practican un sin fin de deportes náuticos y es sus amplios espacios verdes se desarrollan los más importantes torneos de Polo, Golf y Rugby de la región.
El puerto, otro de sus tantos atractivos, concentra el amarre de yates con banderas de todas partes del mundo y esta protejido de los vientos por una verde Isla Gorriti, que contiene la impetuosidad del Atlántico y nos deja disfrutar transparentes y tranquilas de aguas.
A sus visitantes internacionales les encantan la tranquilidad, el paisaje y el clima del lugar. Justo cuando el Viejo Continente está en pleno invierno, Punta del Este les ofrece extensas playas con altas temperaturas, sumado a un circuito gourmet de nivel internacional, con variadas propuestas gastronómicas, lujosos hoteles, galerías de arte y una vida nocturna agitada y cosmopolita, con fiestas selectas a las que todos quieren asistir pero pocos son invitados.
No en vano Punta del Este es llamada por algunos la St. Topez Americana, un sitial que se ha ganado y se gana año tras año.
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